Entramos en Escorpio con “Escorpiano”, quinto álbum de Pedro Pastor, se publicó el pasado 15 de marzo, confirmando que este artista y compositor es uno de los pilares sobre los que se asienta el relevo generacional de la canción de autor en español.
A punto de cumplir los 30, Pedro dio su primer concierto a la tierna edad de 15 años y publicó su primer disco, “La Vida Plena”, antes de cumplir los 20, por lo que lleva literalmente media vida inventando canciones y subido a un escenario. De casta le viene al galgo, ya que es hijo del cantautor Luis Pastor y sobrino del también cantautor Pedro Guerra.
Para Pedro Pastor, hacer un disco supone un ejercicio de honestidad brutal. Bucear bien adentro para encontrar las canciones perfectas. Este proceso se mantiene en “Escorpiano”, donde volvemos a encontrar temas que hablan de su vida, su entorno íntimo, sus dudas y sus propósitos, mientras otros reflexionan sobre el extraño mundo que se nos está quedando, siempre desde la visión crítica y políticamente militante marca de la casa.
Pero desde el punto de vista autoral, en este disco también hay canciones que coquetean con una ironía y una provocación antes desconocidas. Y a nivel compositivo, los habituales timbres de ida y vuelta, los ritmos del otro lado del océano y el alma latina conviven, por primera vez, con el rock.
En Boa Música Europa, nos hemos centrado en estos nuevos matices para armar esta newsletter. Aprovechamos la entrada en el signo de Escorpio para celebrar “Escorpiano” y felicitar a Pedro Pastor por su próximo cumpleaños y por la buenísima marcha de su actual gira, que arrancó el 14 de abril en su querida Rivas (Madrid).
“Escorpiano” nació como una canción irónica, en la que el autor bromea sobre la afición zodiacal del personal, que te pregunta qué signo eres para, supuestamente, conocerte mejor. Una idea que partió de la incredulidad, se transformó en una cierta identificación, dio lugar a un “rock and roll astrológico”, como lo llama el propio artista, y terminó titulando un álbum. Al fin y al cabo, lo de los signos del Zodíaco es como lo de las meigas: haberlos, haylos.